miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ay que grande es la amargura
y que poca la emoción
la que guarda la tortuga
dentro del caparazón.

En el mundo de los animales
he visto dos grandes tristezas:
una en los orangutanes
y la otra, en las perezas.

Una gallina lloraba sin consuelo
y lágrimas tristes rodaban por su pico…
El granjero ayer le quito los huevos
y no empollará porque habrá huevos fritos

Y que decir de la hembra canguro
que tenía su bolsillo descosido
y por andar saltando con apuros
no vio que su cría se le había caído.

La pobre oruga tranquila dormitaba
envuelta en su  edredón de seda
y fue despertada por el batir de sus alas
Sentenciando: “Lázaro, levántate y vuela”.


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